Cántame, niña, cántame tus alegrías,
que quiero reírme al viento
soñar sin que acabe este día.
Este día lleno de vida, pobre en lamentos
juega con las coincidencias
y abriga nuestros deseos.
Aquellos que ayer volaban
tan alto como se lo permitieron
y un día, cuando calleron, fueron recogidos al vuelo.
Me los trajo una paloma, blanca, con ojos de hada
me dijo "no los malgastes", al oído mientras me los daba.
Yo ahora los utilizo como mejor me parece
como creo que pueden verlos
aquellos que se los merecen.
Qué risa la de aquel día,
qué bien que nos sentimos
y lo bien que lo pasaremos
si es que sin miedo vivimos.
Ojalá todos tuviésemos la certeza de que, al caer, alguien nos recogiera al ras del suelo. En todo caso, seguiré cayendo, porque aunque hay riesgo, elijo vivir.
Escrito por bergaes a las 5 de Mayo 2004 a las 08:03 PM