Nunca antes había sentido ese dolor, tan adentro, pegajoso y lleno de espinas. Nunca antes, ciertamente. El dolor es grande si se acompaña de otros sentimientos igualmente hirientes que ,al entrar en reacción como si de un potingue químico se tratase, explotan en su pequeña cáscara. Esa pequeña cáscara es el cuerpo, cuidadosamente recubierto por dentro con el alma.
Ésta no hace más que dar vueltas en la cama sin poder dormir, sin encontrar el descanso. Lo sabe, sabe que aún hay algo incompleto, si no no estaría así, seguro...
Por favor, no te vayas nunca.