Creo que ya lo tengo.
Me explico. Se trata de "evolución". Hay que aclarar en este punto que bien puede ser negativa o positiva, pero de evolución hablamos.
Bien, vale, pero evolución en qué. En este caso, en uno mismo.
A lo que voy es que, de vez en cuando, uno se topa con uno de esos maravillosos puntos de inflexión que pueblan nuestro camino (lo de maravillosos va sin ningún tipo de sarcasmo, en serio).
No es fácil definir un punto de inflexión. Todo el mundo los conoce, aun sin saberlo, pero hay tantos tipos que no se puede establecer una generalidad. Eso sí, su característica común consiste en hacer que te pares un momento, te mires...y pienses.
Tengo que decir que mi opinión y esta paupérrima definición están influidas por el reciente paso por un punto de talante, cuando menos, brusco.
No voy a darle más vueltas a lo ocurrido, pues creo que hay momentos en los que uno hace bien quedándose al margen y este es uno de ellos. No obstante, y aun contando con las lágrimas que de vez en cuando no me caben ya dentro, creo que la lectura se antoja positiva...
He de puntualizar que cuento con el inestimable incentivo de la esperanza. ¿Por cuánto tiempo?
Por mucho tiempo, por favor.
Escrito por Dorian a las 2 de Febrero 2005 a las 11:19 PM