19 de Abril 2004

Claveles en los fusiles del arrepentimiento y una vida para gastar

Soy como un soldado que un día disparó al cielo y mató cien ángeles de un solo disparo...
... como la mala hierba que crece en la carretera y que es arrollada cada día por miles de coches porque nadie va a arrancarla.
Recorro un camino lejano en el tiempo, uno que se perdió cuando la última estrella de mi cielo quiso decirme adiós, y se marchó a brillar a otra parte.
Cada vez que se abre una puerta en la oscuridad, la luz que entra por ella me ciega, y antes de atravesarla, prefiero seguir durmiendo, por si acaso todo es un sueño.
Me muevo solo en medio de barrancos y desiertos, donde el viento sopla para la tierra, no para mí, donde las nubes ya no dan sombra.
Vagaré sin rumbo cierto durante cuarenta eternidades y luego, tras caer rendido en el despojo de mi alma, me quedaré dormido...

Despierto, salto de la cama y abro todas las ventanas del hogar para que el Sol, el viento y los pájaros en flor inunden las estancias.
Salgo a la calle, me cruzo con la gente mientras los árboles me tienden la mano.
Me quedo de pie en medio de una plaza, mirando al cielo, como si nunca hubiera llenado de aire puro mis pulmones.
Voy a comer, a reír, a charlar, entro en los cines y paseo por los parques. Camino por las aceras de todas las ciudades que no conozco y desgasto la piedra de la montaña.
Ahora corro por campos abarrotados de nada; vuelo por la tierra, que es mi cielo. Degusto el perfume de todas las flores que un día me inventé, y redescubro las que ya existen...

...ahora correspondo a la única vida que tengo


Escrito por Dorian a las 19 de Abril 2004 a las 12:16 AM
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