Hacía tiempo que no me paraba a pensar y mirarme un poco. Más o menos comprendo lo que me ocurre, pero no vislumbro cómo puede evolucionar.
Lo cierto es que cada vez agradezco más algún que otro paseo por espacios vacíos.
Gracias al buen tiempo que, lejos de abotargar mis sentidos, me calma el espíritu y deja que los pensamientos fluyan con más suavidad.
No tengo muchas más palabras para la reflexión. Las gasto todas conmigo y en silencio, pero quería dejar constancia. Simplemente.