Dios le da pan a quien no tiene dientes.
O, dicho de otra manera, Dios le da ilusión a quien no tiene un colchón para no espachurrarse contra el suelo.
No, corrijo: a quien es tan gilipollas de subirse tan alto sabiendo que no tiene colchón.
Escrito por Dorian a las 8 de Septiembre 2005 a las 08:46 PM