Reproduce su ausencia una vez más, triste caracola. Trae de nuevo el sonido de las olas al romper contra mi costa. Del mar de lágrimas que lloré y que no secará nunca. Las profundidades respetan su barco. Noble marinera de mano firme, dirige mi timón rumbo al fin del mundo. Prefiero morir de pie, en medio de la tormenta. Aunque ya no sea dueño de mi existencia. Aunque no sepas que te habría guiado hasta aquella costa que nunca te prometí.
Escrito por Dorian a las 9 de Septiembre 2005 a las 01:06 AM