Imagina esto:
Septiembre1
Sales con una chica. Esa chica te habla de un chico al que ha conocido en clase.
Enero2
Han pasado unos cuantos meses de relación con tu chica.
Tu chica te dice que se va con el chico que conoció en Septiembre1.
Tú te quedas jodido, mucho.
Retomas las clases tras parón navideño y conoces a una chica que automáticamente se convierte en compañera de clase.
Junio2
A pesar de que tú sigues jodido recibes con sorprendente frialdad la noticia de que la chica con la que salías y el chico con el que empezó a salir ella han dejado de salir porque él ha decidido dejarla.
(Verano, sol, playa, polos de limón)
Septiembre 2
Comienzas de nuevo las clases.
La chica que unos meses atrás se convirtió en tu compañera de clase sigue siéndolo
Diciembre2
Falta un mes para que se cumpla un año que la chica con la que salías dejase de salir contigo. No es más que una simple onomástica, pero no deja de ser reseñable.
Justo ese mismo día tu compañera de clase cumple años.
Tú te acercas y la felicitas.
En ese momento te dice que te tiene que contar algo que te va a dejar alucinado.
Te cuenta lo siguiente: que ayer la llamó un amigo para felicitarla. Hacía un año que no hablaba con ese amigo, porque resulta que estuvieron saliendo (allá por Diciembre1)y él la dejó (allá por Diciembre1). Ella se quedó jodida, mucho. Pero él la ha llamado, y, además de felicitarla, le ha preguntado por alguien que se llama como tú, que estudia lo mismo que tú. Eres tú, claro. Ella le pregunta que de qué te conoce. Él le responde que es el ex-novio de la chica con la que tú estuviste saliendo y a la cual abandonó allá por Junio2.
Tu amiga tenía razón: te quedas alucinado.
Tratas de cerrar la boca y los plato-ojos.
Acto seguido tu amiga te presenta a un amigo suyo del cual te había hablado.
La chica con la que estuviste saliendo también le conoce, y ya te había hablado de él:resulta que le conoció cuando salía con el chico ex-novio de tu amiga.
El amigo te cae muy bien.
Te enteras de que es amigo íntimo del chico con el que estaba saliendo tu ex-novia. Eso tu ex-novia no te lo había dicho.
Atas unos cuantos cabos.
Sigues tratando de cerrar la boca y los plato-ojos.
Atas unos cuantos cabos más.
Piensas que el mundo es un pañuelo.
Piensas que necesitas un pañuelo.
Te tomas una coca cola.
La coca cola sustituye al pañuelo.
Sigues a lo tuyo.
Pues eso, imagínatelo.
Golpe, tecla, golpe. Dolor entre las sienes. Martilleo. No poder cerrar los ojos. Vienen malos tiempos. Pasan. No se van. Brazos al frente a modo de defensa. Golpes por todas partes. Vaya. Un agujero por donde desaparecer. No, está cerrado. Horror de horrores, risa hipócrita entre copas. Ante mis ojos. Ángeles caídos, yo uno negro. Y alas rotas. Agudeza, calor y retorcimiento. Las fotos del pasado. El tiempo irrecuperado. Vaya, otra vez. Dolor, dolor, dolor. La vida está viva. Más que nunca. Para siempre jamás. Mil ladridos en andaluz y tres lunas enfadadas. Y yo que te quiero decir algo. Mira en qué se ha convertido todo. Cuerpos sobre la tierra. La historia tras la historia. Descanso y vida. Más risas que nunca. Sol, Sol, Sol. Vuelven los pájaros. Vuelan. Viento. Verde rabioso. Fresco y luz, callados todos. Volvemos a ser felices. Ojalá...Ojalá
La inseguridad me viste de negro. Camino sobre palillos ensangrentados por el miedo. Ayer vi desaparecer el último rayo de sol tras las ramas de un temor grotesco.
Y así hasta llenar una página, y otra y otra.
Lo cierto es que sigo teniendo miedo al cambio, al futuro. Porque tú estás en él, o no. ¿Porque quizás no deberías irte? Pensamientos peligrosos, creo yo, y sin embargo son los únicos que rigen mi decisión.
Los días amanecen acompañados de gran seguridad y convicción, fortalecidas al amparo del sueño. El transcurso del día, el desgaste entre tareas o los vientos del Cáucaso, no sé qué será, hacen que esa seguridad se diluya y pase a ser una punzante duda.
Con ese pensamiento me meto en la cama, día tras día desde hace algún tiempo.
Lo único que espero es que cuando llegue el día en que el paso haya sido dado, me acueste no ya con una convicción medianamente firme, sino con tranquilidad y permiso para descansar en condiciones.